por Mauricio González
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En un momento delicado, Samsung está reevaluando sus planes de expansión y ajustando su plantilla para asegurar su futuro, dado que sus previsiones a corto plazo no son optimistas. Según Gartner, sus ingresos disminuyeron un 37,5% en 2023 en comparación con 2022, y DigiTimes Asia anticipa una desaceleración global en la industria de los semiconductores en 2025.
Ante esta situación, los ejecutivos de Samsung han decidido aplazar la construcción de su segunda planta de semiconductores avanzada en Taylor (EEUU) y también en Pyeongtaek (Corea del Sur). Es crucial señalar que no tienen la intención de cancelar estos proyectos; simplemente postergarán la finalización de las obras y la adquisición del equipo necesario de ASML, Tokyo Electron y otras compañías.
La falta de grandes clientes pone en riesgo el porvenir de la nueva fábrica en Estados Unidos.
La situación de Samsung se complica cada vez más. Según reportes recientes, la construcción de la fábrica en Taylor, Texas, ha enfrentado retrasos porque Samsung decidió posponer la recepción de equipos de fabricación de circuitos integrados, que ya habían sido encargados a ASML y otros proveedores. Lo más preocupante, según Reuters, es que estos retrasos se deben a la falta de grandes clientes para el proyecto, lo que pone en duda su viabilidad.
La fábrica de Taylor es crucial para los planes a medio y largo plazo de Samsung. Aunque domina el mercado de memorias con una participación del 40%, frente al respetable 29% de SK Hynix, Samsung tiene ambiciones mayores. Para expandirse en la industria de los semiconductores, Samsung necesita competir con TSMC y captar nuevos clientes interesados en sus capacidades de producción de chips en nodos avanzados. La planta de Taylor está destinada a cumplir este propósito.
Samsung pretende que esta planta se dedique principalmente a la producción de circuitos integrados bajo pedido. Sin embargo, en la situación actual, se ha convertido en un “activo varado”, es decir, un recurso que no puede generar ingresos debido a cambios en el mercado, regulaciones u otras razones.
Retrasos en la Fábrica de Taylor y la Competitividad de Samsung
Actualmente, Samsung planea que la fábrica de Taylor esté lista para la producción de semiconductores a gran escala en 2026, aunque originalmente iba a estar operativa en 2024. Por su parte, TSMC, el mayor fabricante de chips del mundo y principal competidor de la división de Samsung dedicada a la producción de circuitos integrados, avanza implacablemente con planes de expansión sumamente ambiciosos y una estabilidad financiera muy robusta.
Según la consultora Statista, la participación de Samsung en la industria de fabricación de chips por encargo disminuyó ocho puntos porcentuales en los últimos cinco años, alcanzando un 11% en el primer trimestre de 2024. Esta caída resalta los desafíos que enfrenta Samsung en un mercado cada vez más competitivo. La participación de TSMC ha aumentado hasta el 61,7% en ese periodo, lo que sugiere que los dos años de retraso de la fábrica de Taylor afectarán la competitividad de Samsung, especialmente frente a TSMC, que por el momento sigue avanzando sin interrupciones.