por Mauricio González
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En la industria de los semiconductores, muchos artículos mencionan a NVIDIA y ASML debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados para frenar el crecimiento de esta industria en China. Esto tiene sentido porque NVIDIA domina el mercado de las GPU para inteligencia artificial (IA). Además, ASML, una empresa neerlandesa, es la única que ha comercializado equipos de litografía de ultravioleta extremo (UVE).
Estados Unidos considera crucial el rol de estas empresas para impedir que China desarrolle armamento avanzado respaldado por circuitos integrados de vanguardia. Estos circuitos son diseñados por NVIDIA y fabricados con las máquinas de ASML. Sin embargo, otros actores importantes en la industria de los chips también han sido afectados por esta “guerra de los semiconductores,” al igual que NVIDIA y ASML.
Según Bloomberg, el Gobierno de Estados Unidos está preparando una regulación más estricta para bloquear el envío de circuitos integrados avanzados a China. Estos chips son fabricados por TSMC, Intel, Samsung y GlobalFoundries. Las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados en los últimos dos años ya prohíben a estas empresas suministrar sus semiconductores más avanzados a compañías chinas. Sin embargo, la Administración estadounidense busca establecer más restricciones para fortalecer su posición en esta disputa tecnológica.
Estados Unidos impone estrictas restricciones a la exportación de chips avanzados a China y sus aliados
El nuevo reglamento dice que los chips fabricados en nodos de 14 y 16 nm con más de 30,000 millones de transistores, y los más avanzados, no podrán ser enviados a China ni a sus aliados, como Irán y Rusia. Habrá algunas excepciones. TSMC, Intel, Samsung y otros fabricantes de semiconductores alineados con Occidente podrán solicitar una licencia de exportación al Departamento de Comercio de EE. UU. si necesitan entregar sus circuitos integrados a un cliente autorizado. Esta medida pretende controlar la proliferación de tecnologías avanzadas en países considerados adversarios.
De este reglamento se derivan dos conclusiones. Primero, el Gobierno de EE. UU. piensa que los chips con menos de 30,000 millones de transistores fabricados en nodos maduros no representan una amenaza. Por lo tanto, probablemente podrán ser enviados a China. Segundo, las empresas afectadas por esta regulación podrían seguir comerciando con compañías chinas que no estén en la lista negra de EE. UU., bajo ciertas condiciones.
Aunque Intel y GlobalFoundries son empresas estadounidenses, Samsung es surcoreana y TSMC es taiwanesa. Los intereses geopolíticos de los gobiernos de Corea del Sur y Taiwán están alineados con los de Estados Unidos, lo que facilita su apoyo a la regulación estadounidense. Sin embargo, TSMC, Samsung y otras empresas de la industria de los semiconductores que no son estadounidenses utilizan tecnologías y patentes controladas por Estados Unidos. Esto le da a este país la autoridad para decidir quién puede usarlas. Todavía no se sabe si la administración actual aprobará esta nueva regulación.