Los beneficios de abrazar para nuestra salud, según la ciencia

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“Todo lo que trae alegría debe ser compartido, la felicidad nació gemela”. Aparentemente, según nos indica la ciencia, el poeta Lord Byron no iba demasiado desencaminado al escribir esta frase que el tiempo ha convertido en una de sus citas célebres.
Y es que varios estudios ya han demostrado que para el ser humano, un animal social por naturaleza, mantener un buen vínculo con nuestros allegados se traduce en una vida más feliz, pero también más longeva y sana. ¿Por qué? La respuesta es relativamente sencilla: nuestras emociones, incluso aquellas de duración muy limitada, están estrechamente ligadas a nuestra salud física.

El estrés prolongado, por ejemplo, desencadena un proceso en nuestro sistema nervioso simpático que deja a los folículos pilosos sin melanocitos, fomentando la aparición de canas. Asimismo, el sistema digestivo es uno de los más afectados por los periodos de estrés y ansiedad debido al vínculo entre el cerebro y el intestino, dos órganos que se encuentran en constante comunicación.

Pero no todo son afectaciones negativas en el mundo de las emociones. En este sentido, cabe destacar cierta costumbre de las relaciones sociales que, en pocos segundos, logra desencadenar un mecanismo químico que reduce el estrés y propicia nuestro bienestar: el abrazo.

Así lo explica la neurociencia: el contacto físico de un abrazo reduce la segregación de cortisol en nuestro cerebro, permitiendo que se libere oxitocina y serotonina, neurotransmisores ampliamente reconocidos como hormonas de la felicidad. Además, estabiliza la frecuencia cardíaca, disminuye la presión arterial y fortalece el sistema inmunológico.

Por tanto, un simple abrazo de entre 5 y 10 segundos no solo mejora el estado de ánimo, sino que tiene beneficios directos sobre el funcionamiento de nuestro cuerpo. Tanto es así que la comunidad científica ha llegado a afirmar que el aislamiento y la falta de contacto social aumenta alrededor de un 30% el riesgo de mortalidad.

El día 21 de enero, se celebró el Día Internacional del Abrazo, una fecha de origen simbólico que, en realidad, tiene un sentido científico mucho más importante: es un gran día para reflexionar sobre nuestras rutinas e incorporar aquellos pequeños hábitos que nos pueden ayudar a vivir una vida más feliz y saludable.