Por Juan F. Peraza
En septiembre de 2022 el Gobierno de EEUU dio un paso hacia delante importante en su guerra tecnológica con China: prohibió a NVIDIA vender a las empresas de este país asiático sus chips A100 y H100, que son sus GPU más avanzadas para aplicaciones de inteligencia artificial. Este movimiento persigue, según la Administración estadounidense, frenar el desarrollo armamentístico chino, y en la práctica tiene la capacidad de conseguirlo dado el rol fundamental que tiene este hardware en este ámbito.
En esta coyuntura China tiene pocas opciones, y una de ellas pasa por desarrollar sus propios chips de vanguardia para inteligencia artificial. De hecho, lo está haciendo. Esto es al menos lo que defiende Jensen Huang, el fundador y director general de NVIDIA, y podemos estar seguros de que sabe de lo que habla como buen conocedor de la idiosincrasia china y de los recovecos de la industria de los semiconductores. No obstante, China tiene otra opción a su alcance: evadir las sanciones de EEUU. Y también lo está haciendo, aunque solo en parte.
En el mercado ‘underground’ chino se pueden conseguir las GPU de NVIDIA
En este contexto el mayor desafío al que se enfrenta China es la imposibilidad de acceder a los equipos punteros de litografía de ultravioleta extremo (UVE) que fabrica ASML. De hecho, ni esta compañía de Países Bajos ni los fabricantes de máquinas de litografía japoneses, como Tokyo Electron, Canon o Nikon, pueden vender a las empresas chinas sus equipos más avanzados. Ahora mismo este es el cuello de botella que está asfixiando a la industria de los semiconductores en China debido a que sus empresas no tienen acceso a los nodos litográficos de vanguardia.
El Gobierno de Xi Jinping no puede conseguir en los mercados paralelos los equipos de litografía avanzados que necesita para fabricar circuitos integrados de vanguardia, pero lo que sí puede conseguir son CPU y GPU de última generación. Esos mismos chips que EEUU no quiere que tenga. Pero los tiene. De hecho, es relativamente fácil conseguirlos en las tiendas especializadas en electrónica de ciudades como Shenzhen o Hong Kong, entre muchas otras. Eso sí, no suelen estar expuestos a la vista del público; para hacerse con ellos es necesario indagar.