Por Juan Fco. Peraza
jfperaza at geekmagazine.mx
El enigmático ciclo de regeneración y posterior muerte del bambú ha dejado perplejos a los científicos, que temen que la próxima floración pueda ser un desastre para la producción de bambú y el medio ambiente.
El asombroso mundo natural nunca deja de sorprendernos, especialmente cuando observamos cómo algunas plantas siguen calendarios de reproducción excepcionales. Un ejemplo fascinante de esto es una especie inusual de bambú que florece solo una vez y que actualmente está a punto de hacerlo después de más de un siglo, lo que ofrece a los investigadores una oportunidad única para desentrañar los secretos detrás de su misterioso proceso de regeneración.
Esta especie, conocida como el bambú henon (Phyllostachys nigra var. henonis), es originaria de China, pero ha sido cultivada en Japón desde el siglo IX. Lo que la convierte en una especie verdaderamente excepcional es su larguísimo ciclo de floración, que se extiende a lo largo de 120 años, después de lo cual la planta muere, por lo que es catalogada como monocárpica. La última gran floración ocurrió en 1908, con algunas floraciones menores entre 1903 y 1912, lo que nos lleva a esperar la próxima gran floración alrededor del año 2028.
Preocupaciones sobre la continuidad del bambú
Este evento tiene implicaciones significativas para la ecología y la economía de Japón, que cuenta con extensas áreas de bosques de bambú que cubren aproximadamente 1,700 kilómetros cuadrados.
Debido a su infrecuente floración, los investigadores se han enfrentado a retos a la hora de estudiar esta enigmática especie, por lo que persiste la incertidumbre sobre la capacidad de regeneración de la planta y lo que ocurrirá en los próximos cinco años. Y es que todo parece apuntar que la mayoría de las flores de bambú de esta especie no producen semillas viables, de ahí las serias dudas sobre su supervivencia a largo plazo y la la preocupación de que los densos campos de bambú puedan ser difíciles de regenerar y que puedan desaparecer, siendo reemplazados por praderas.
Esta observación fue posible gracias a investigadores de la Universidad de Hiroshima (Japón), que tuvieron la oportunidad de estudiar ejemplares de esta enigmática especie que habían empezado a florecer antes. En concreto, en su estudio publicado en la revista PLOS One, descubrieron que muchos de los ejemplares en floración carecían de semillas y no observaron nuevos tallos creciendo a partir de los sistemas radiculares de las plantas que habían florecido, lo que indica una limitada reproducción asexual.
¿Un futuro oscuro para el bambú?
“El bambú no produjo ninguna semilla viable que pudiera germinar”, afirma en un comunicado Toshihiro Yamada, primer autor del estudio. “La producción de brotes de bambú se detuvo tras la floración. No hubo signos de regeneración de este bambú tras la floración durante los tres primeros años”.
“Todos los tallos murieron en el lugar del estudio, sin que se apreciara ningún signo de regeneración por semilla, tallo o rama enana”, añade el equipo en su artículo. “Estos resultados sugieren un futuro oscuro para P. nigra var. henonis en Japón: la especie puede ser difícil de regenerar después de la floración”, agregaron.
Sin embargo, Yamada señaló la posibilidad de que el bambú se regenere bajo tierra, brotando eventualmente en nuevos culmos individuales. Aun así, según informa Live Science, este proceso puede llevar años y resultar en una pérdida significativa de biomasa, dado que esta especie de bambú cubre una vasta extensión de terreno, lo que podría alterar los ecosistemas que sostiene. Esto no solo tendría implicaciones económicas para las industrias locales que dependen del bambú como material, sino que también podría generar problemas ambientales, ya que, según explicó Yamada a l medio científico, el bambú desempeña un papel vital en la prevención de la erosión del suelo y los deslizamientos de tierra, así como en la conservación de la cubierta forestal y la vegetación.